martes, 14 de mayo de 2013

EL ARTE DE LA IMPOSTURA

[…] Abrumado por su clarividencia, desarmado frente a una integridad ética fuera de lo común, intenté persuadirla de que sería una pena privar a los lectores futuros de un talento como el suyo. Ella, entonces, como si hubiese aguardado siglos para escuchar esas palabras en mis labios, me miró como a veces miran las mujeres de las películas y me habló así: no es talento, dijo, sino amor; si lo que escribo es bueno, lo es porque tú me inspiras, añadió, y precisamente porque tú eres lo único que me inspira, esa y todas las páginas que me sea dado escribir a tu lado a ti te pertenecen y a nadie más, son tuyas antes de que nazcan, y solo a ti compete el reconocerlas, admitirlas y presentarlas al mundo como tuyas, si ese es tu deseo. […]

Fragmento de Discurso del Nobel

domingo, 5 de mayo de 2013

EL TEJIDO DE LA CASUALIDAD

[…] a mi juicio, mejor dicho, a juicio de quien me autoriza, no hay palabra menos afortunada que esta, casualidad, para calificar los derroteros de lo que llamamos vida. Es algo tan evidente que ya lo habrán complejizado en su jerga los filósofos, supongo, o los teólogos; y yo, que ni soy teólogo ni filósofo, he de admitir y disculpar aquí mi intromisión en un terreno que desconozco. La verdad es que me divierte más pensar que las cosas ocurren de otro modo, de acuerdo con una lógica que no tiene nada que ver con el azar o con la accidentalidad, sino que son fatalmente así y se suceden en el tiempo por una especie de efecto dominó; esto es, que una cosa sucede o no sucede porque ha sido arrastrada por otra u otras que la preceden, y todas juntas constituyen el completo tejido de la vida. Esa es la palabra clave, tejido: cuando salta un puntito de un jersey, todo el jersey se va al traste, porque ese simple puntito repercute en los demás, o al menos en los que vienen después. Por lo tanto, no es casualidad que […].

Fragmento de La cita de tu vida