jueves, 4 de abril de 2013

LAS FOTOS DE JUAN

Fiel a la cita del 7 de marzo, el amigo Juan Ballester llegó a la sala del Museo Gaya, se sentó en la primera fila, apuntó disimuladamente con su objetivo, indagó la veracidad del Juanico el Tanque que se cita en el relato "La sonrisa del ahorcado", flexionó varias veces el botón con el pulgar o con el índice, permaneció muy atento hasta que se acabaron las palabras y desapareció sigiloso, sin hacer ruido. Pasados un par de días mandó media docena de fotos en blanco y negro:




1 comentario:

  1. Es que uno ha tenido que ver más de un ahorcado y la modalidad "sentada" es más común de lo que parece. La muerte por ahorcamiento se produce por asfixia, por falta de riego sanguíneo al cerebro, por lo que da lo mismo que cuelgue o no el cadáver. Cuando a alguien se le corta el riego de sangre al cerebro, se "duerme" en unos pocos, poquísimos segundos. En unos tres minutos, si no se ha restablecido el riego sanguíneo, se produce el colapso cardíaco y la muerte. He visto a un hombre mayor ahorcado con su corbata de una manivela de puerta. De nada.

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